El
Athletic Club quiere la Copa como nadie. Desposeído del trono por el FC
Barcelona, lleva años y años buscando su trofeo número 25. No hay un
club que la demande más que él, que ponga más empeño en ello. Con una
filosofía ejemplar y un fútbol inconmensurable, los leonazos de Valverde
han alcanzado en toda ley su quinta semifinal seguida. Y lo han logrado
con una remontada inolvidable. Pasaron del 1-2 al 4-2 por fútbol y
hambre, lo adornaron en la prórroga con dos goles de los hermanos
Williams. San Mamés fue un delirio. Qué orgullo de equipo.
El tercer KO consecutivo ante el Rey de Copas se fraguó en un partido
que pareció eterno y sobreponiéndose a dificultades máximas. Y es que
el Athletic pegó primero, con un gol de Guruzeta a los 37 segundos
después de una porfía de Adu Ares y Sancet, con el Barça empotrado.
Incluso el ariete tuvo el 2-0, en un remate alto.
Fue una desgraciada acción, en un despeje frontal que metió
Lewandoski en las mallas en el minuto 25, cuando se levantó el Barça. Y
Lamine Yamal, que pasó de héroe a villano, marcó seis minutos después el
1-2 en un disparo marca de la casa. El Athletic sufrió pero se levantó.
Sancet tuvo el empate, que evitó Peña con la mano izquierda, en el 42’.
Llegaría en el tercer minuto de la segunda mitad, ya con Unai Gómez por
Vesga. Nico Williams puso un balón celestial al segundo palo y Sancet
cabeceó a la red con la clase de un ariete.
Al Athletic le quedaba el arreón anímico de Iñaki Williams, recién
llegado de Costa de Marfil. Su aportación sería decisiva. Cierto es que
Lamine Yamal encogió dos veces el corazón de San Mamés con dos claras
ocasiones en la misma portería que a Nico se le escaparon el año pasado
ante Osasuna. Un Nico que, inconmensurable, tuvo el 3-2 con un derechazo
antes de la prórroga que no fue a la red de milagro.
Sancet tuvo la sentencia en una contra fulgurante de Unai Gómez, que
terminaría dejando su sitio a su amigo Jauregizar. A Valverde no le
temblaba el pulso a la hora de alinear chavales. Ya Beñat Prados había
dado una masterclass.
En la prórroga, el Athletic fue mucho mejor. Esperó su oportunidad y
la encontró tras un robo de Jauregizar en el minuto 105, que conectó con
Villalibre y encontró a Iñaki Williams, que marcó a la segunda, después
de mandar un balón al poste y empujar el rechazo a puerta vacía.
Peña hizo una parada a bocajarro a Iñaki a centro de Jauregizar y el
éxtasis llegó en el minuto 120, cuando el Athletic, en lugar de meter el
culo atrás, se plantó con gente en el área y Nico, con el alma, mandó
el esférico a las redes. Un 4-2 para la historia al campeón liguero.
Sólo se habló de fútbol y a destacar el arbitraje de Sánchez Martínez,
al que sólo cupo reclamar una segunda amarilla a Fort. Estuvo muy por
encima de las dudas.
Los leones ya esperan rival para el viernes. Están clasificados el
Mallorca, la Real Sociedad y Atlético o Sevilla. Será a ida y vuelta.
Con la gran caldera de San Mamés, con casi 51.000 espectadores que se
dejaron la vida animando, el Athletic buscará el pase al partido
definitivo por el trofeo.