Creíamos que en el fútbol lo habíamos visto todo, pero lo que ha sucedido al Athletic Club en Girona, donde ha perdido un partido por 2-1 que jugó para ganar, quedará en la retina por muchos años. Y es que los leones han visto cómo Gazzaniga les detenía hasta tres penaltis, a cargo de Berenguer, Iñaki Williams y Ander Herrera. El colmo de la desgracia llegó en el descuento, en el minuto 98, cuando los bilbainos encajaron un tanto de pena máxima de Stuani que Padilla rozó con los dedos.
El encuentro deja un poso muy duro para la moral de los leones, que se marchan al parón con cara de incredulidad. Y, sin embargo, la sensación es que el equipo dio un paso adelante más en su juego, sobre todo en la primera mitad, en la que se fue al descanso con empate cuando podía haberse marchado 1-3.
Fue sumando ocasiones, una de Guruzeta, otra de Berenguer muy clara… Hasta que el VAR avisó al árbitro en el minuto 25 de que había un penalti claro a Alex por falta de Arnau. Berenguer, que no lanzaba desde la final de Copa, se topó con el inspirado meta local.
Pues el Athletic se volvió e poner de pie con un jugadón entre Berenguer y Sancet, que marcó con clase antes de lesionarse del isquio. Tercera desgracia.
Con todo eso encima, el Girona se envalentonó por su público y fue sumando ocasiones, todas frenadas por un entonado Padilla. De por medio, hubo una ocasión de De Marcos tras gran acción de Yuri. Y llegó el penalti por un agarrón de Paredes a Krejčí, que también lo señaló el VAR. Stuani no falló y los leones incluso tras su enésima desgracia, tuvieron una acción de Unai Gómez para empatar.
El Athletic se marcha al parón con buenas sensaciones y mal cuerpo. Los penaltis, que en abril nos dieron el título de Copa, nos hicieron perder en Girona. Por eso, hay que plantearse que sea un solo jugador el que tire los penaltys y que en cada entrenamiento se supere día a día.
Crónica extraída de la página oficial del Athletic Club de Bilbao. Y este es resumen de este partido.
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